martes, 9 de diciembre de 2008

REFLEXIONES - 10 PREGUNTAS PARA HABLAR DE DERECHOS CON NIÑAS Y NIÑOS… Y 10 RESPUESTAS PARA CUBANAS Y CUBANOS DE TODAS LAS EDADES

Desde Cuba - Por Consuelo Viciedo de EDUPAZ

En el año 2007 EDUPAZ, gracias a la colaboración del Centro “Félix Varela” publicó un pequeño libro bajo este título.

En la Introducción, precisamos que:
Nuestras 10 preguntas… están escritas para las niñas y para los niños y además para los adultos, porque estamos hablando de derechos de las personas. Los más jóvenes deben conocer bien sus derechos, para que puedan defenderlos si es necesario, pero también deben conocerlos los que ya no son tan jóvenes, porque son los que están comprometidos a garantizar y defender los derechos de la niñez y la adolescencia. Por eso, nuestras preguntas y respuestas para hablar de derechos con las niñas y los niños, están dirigidas además a cubanas y cubanos de todas las edades.

El Capítulo 2 se dedicó a explicar la importancia de conocer nuestros derechos y los derechos del otro y la otra. Se los enviamos como un saludo al 60° aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos y como muestra de la vigencia del pensamiento de José Martí.


Capítulo 2

¿Por qué hablar de derechos?
"Cuando uno sabe para lo que sirve todo
lo que da la tierra y sabe lo que han hecho
los hombres en el mundo, siente uno deseos
de hacer más que ellos todavía:
y eso es la vida…”
José Martí.

Hay que hablar de derechos si queremos saber cómo hacer realidad el anhelo de Martí de rendir “culto a la dignidad plena del hombre”, es decir, defender nuestros derechos y los de todas las personas. Para tener una vida digna es necesario que tengamos satisfechas las necesidades más importantes de cualquier ser humano y tener oportunidad de desarrollarnos a través del estudio, el trabajo, el arte y la cultura en general. En Cuba hoy se hacen grandes esfuerzos por hacer realidad la dignificación de la vida humana, por alcanzar la igualdad social; pero esto no depende solo de la buena voluntad de nuestros gobernantes, depende del desarrollo económico y cultural alcanzado por el país y de nuestras relaciones con otros países.

Para que comprendas bien qué es alcanzar la igualdad social y cómo podemos lograrlo debemos explicar algunas cuestiones. Aunque todos los cubanos somos iguales ante la ley, eso no quiere decir que no existan desigualdades. Todos los seres humanos, vivan donde vivan, siempre son diferentes, cada uno tiene sus características personales, diferentes a todos los otros, cada quien es una personalidad única. Eso lo sabe muy bien un pequeño amiguito a quien un día un vecino le llamó la atención por algo que dijo su hermano y él respondió: “Esa es una opinión de mi hermano, pero no mía: mi hermano es mi hermano y yo soy yo”.

Cierto es que todos somos seres humanos, pero algunos son hombres y otras mujeres; unos son jóvenes y otros ancianos: esas son desigualdades inevitables, porque se nace con un sexo biológico y además, cuando el tiempo pasa los jóvenes se hacen ancianos. Pero hay otras desigualdades que son evitables e injustas, y pueden modificarse. Por ejemplo: en el mundo hay pobres y ricos; pero los pobres no están condenados a serlo toda la vida si en la sociedad donde viven se les ayuda a salir de la miseria y esa sería una sociedad que lucha por la igualdad social, porque trata de eliminar las diferencias injustas entre las personas para que todos y todas puedan satisfacer sus necesidades y desarrollarse sin barreras que cierren el camino a unos para favorecer a otros.

Ahora bien, la lucha por la igualdad social nos exige un tratamiento desigual a personas diferentes: eso es la equidad. Favorecer al más desvalido, tratarlo de modo especial, para que poco a poco vaya alcanzando el nivel de los demás. Se trata de alcanzar la igualdad a partir de la diferencia. Esto es válido también para las desigualdades inevitables, porque hay personas que ante la diferencia entre los hombres y mujeres, piensan que estas no son tan inteligentes como los hombres para realizar determinadas tareas. Entonces para que las mujeres alcancen la igualdad social hay que favorecerlas en la vida laboral y social, respetando sus derechos.

Hablemos un poco de algunas desigualdades injustas que todavía observamos, de esta manera nos educamos en el respeto a los derechos y aprendemos a actuar con equidad. La historia de Cuba se ha caracterizado por la lucha entre los explotadores y los explotados: desde los primitivos aborígenes contra los conquistadores y colonizadores; los esclavos contra sus amos; los independentistas contra el colonialismo y el neocolonialismo. En estas condiciones hubo que luchar también para que todos entendieran que las personas no son mejores porque tengan mucho dinero y propiedades, ni son peores porque sean pobres. La gente buena o mala puede ser rica o pobre.

…el hombre vale no por sus títulos de familia
ni por lo que hereda, sino por lo que por sí propio
hace y conquista. José Martí.
[1]

En 1959 todo empezó a cambiar en Cuba y con el tiempo la Revolución logró eliminar la explotación y disminuir la pobreza, de manera que se acortara la distancia económica entre los que tenían más y los que tenían menos recursos. Es decir, se dieron pasos importantes hacia la igualdad social. Pero en los años del Período Especial, tuvimos una crisis que nos afectó mucho y aún nos afecta de alguna manera. Por eso aumentaron las desigualdades económico-sociales que habían disminuido hasta los años 80. ¿Cómo resolver esto a partir de medidas equitativas? Te pongo un ejemplo: todos los jóvenes que por diversas razones de desventaja económica y social, no habían podido hacer estudios universitarios, tienen ahora la posibilidad de hacerlos, contribuyendo con su actividad laboral como trabajadores sociales o maestros, debidamente remunerados con un salario, y con una tarea social que ayudará a dignificar la vida de todos los cubanos. Fíjate que estos jóvenes reciben un tratamiento diferenciado que los favorece, si no es así, no habrían tenido la oportunidad de estudiar y ser buenos profesionales. Ya dijo Martí que tratar igual dos cosas diferentes es perpetuar la desigualdad.

Algo parecido ha sucedido desde hace muchos años con el tratamiento dado a las mujeres cubanas, quienes durante mucho tiempo fueron marginadas de la vida social. Las diferencias biológicas no justifican la discriminación, o sea, tratar a las mujeres como si fueran personas inferiores a los hombres. Sin embargo, muchos en el mundo tienen otras ideas en relación con esto, y no pueden evitar un comportamiento que se apoya en la idea de la inferioridad femenina: estos son prejuicios, una actuación que no se apoya en un razonamiento, en un juicio preciso acerca de algo o alguien. Algunos creen que las mujeres solo deben ocuparse del cuidado del hogar, de los hijos, de cocinar, lavar, planchar y otras cuestiones similares. Son ideas muy arraigadas en algunas mentes, ideas equivocadas, pero muy difíciles de cambiar porque se han trasmitido a lo largo de la historia de la humanidad. Son estereotipos y como los prejuicios existen también contra algunas razas, contra los campesinos y contra los ancianos, por citar solo varios ejemplos.

En nuestra sociedad las mujeres han sido especialmente atendidas y hoy tienen una representación muy importante en la vida laboral, intelectual, artística, literaria, científica así como en diversos niveles del Estado y el gobierno. Muchas realizan un gran esfuerzo con el objetivo de salir airosas sin abandonar el cuidado de la familia, por eso hay que compartir las tareas con ellas, protegerlas, de modo que puedan cumplir con todos sus deberes. Así contribuimos a hacer realidad sus derechos como seres humanos, iguales ante la ley, aunque diferentes a los hombres en lo biológico.

Otra cuestión que merece atención es la diferencia de razas, esta es una diferencia biológica externa, que se observa en color de la piel, textura del cabello y otras que no afectan la condición humana: los seres humanos comparten el 99,8% de su material genético, por eso algunos estudiosos de estos problemas afirman que no hay razas y que el racismo no tiene ninguna base científica.

El pueblo cubano es producto de una mezcla de razas -mestizaje- que comenzó hace más de 500 años, entre los colonizadores que venían de Europa, los aborígenes que vivían en Cuba, los negros africanos que se trajeron como esclavos y hasta los chinos que llegaron después. Por eso el sabio cubano Don Fernando Ortiz, decía que el pueblo cubano, era resultado de un “ajiaco”. Las diferencias ente cubanos negros, blancos y mulatos no quieren decir que unos sean superiores a otros. “Debiera cesar –dijo Martí- esa alusión continua al color de los hombres.” [2]

El hombre no tiene ningún derecho especial porque
pertenezca a una raza o a otra, dígase hombre y ya
se dicen todos los derechos… Hombre es más que
blanco, más que mulato más que negro, cubano es
más que blanco, más que mulato, más que negro…
José Martí.
[3]

Juntos luchamos por la independencia de Cuba, por la abolición de la esclavitud, por la igualdad social, contra las tiranías, juntos hemos construido lo que es hoy la cultura cubana, mezcla de lo español y lo africano. Juntos trabajamos hoy por una sociedad más justa. El artículo 42 de la Constitución de la República de Cuba dice: “La discriminación por motivo de raza, color de la piel, sexo, origen nacional, creencias religiosas y cualquier otra lesiva a la dignidad humana está proscrita y es sancionada por la ley.” Pero hay diversos prejuicios en la mente de las personas y esos no se borran sólo con las leyes. Por eso es tan importante que pensemos en esas cosas y sobre todo que seamos capaces de hacer lo que en cada momento sea necesario para contribuir a la defensa de los derechos de todos. Tenemos que ayudar a las leyes y a todas las personas que sean discriminadas. Esa es una tarea muy hermosa.

También hay diferencias relacionadas con el lugar donde las personas han nacido y han vivido, ya sea en la ciudad o en zonas rurales, en la capital, en pequeñas ciudades o “pueblecitos del interior”, como decimos los cubanos. Y decimos también que los orientales hablan “cantando” y otras cosas más. En todos los países existen diferencias parecidas y ninguna de ellas debe ser motivo de discriminación. Los campesinos cubanos tienen una rica historia social y ocupan un espacio importante en la identidad y en la cultura cubana como se aprecia en el programa de la televisión que se lama “Palmas y Cañas”. Cada pedazo de Cuba tiene una rica historia, de San Antonio hasta Maisí; compartimos alegrías, tristezas y el orgullo de haber nacido y vivido en esta Isla.

Además, y esto es muy importante, sabes que hay niñas y niños que son atendidos en escuelas dedicadas a los que tiene necesidades educativas especiales, son las que preparan a los que hay que educar de manera diferente, por que no ven bien o son ciegos, o tienen dificultades para oír y hablar, o no pueden caminar como los demás y también pueden tener dificultades para aprender. Ellos tienen derechos como cualquier otro ser humano y son atendidos especialmente porque son diferentes: eso es equidad ¿recuerdas?

Por último vamos a hablar un poco de otro grupo de personas cuyo número va creciendo cada vez más y algún día, aunque hoy seas un niño, también tú llegarás a ser uno de ellos: los ancianos y ancianas, las personas de la tercera edad o si prefieres los abuelos y las abuelas. Claro que ellos también tienen derechos y como los años los hacen físicamente más débiles, debemos cuidarlos más, como una forma de reconocer todo lo bueno que nos han dado a lo largo de su vida. Merecen respeto y amor, saben mucho, por eso podemos aprender de ellos. No siempre pueden correr ni caminar muy rápido, se cansan más si van de pie en cualquier transporte, sobre todo en el “camello”[4]. Hay que ayudarlos para que lo que les queda por vivir sea en sonrisa, como dice una canción que canta Omara Portuondo, cuyo autor fue Alberto Vera: dos figuras importantes de la cultura cubana.

...si hay algo que ennoblezca a la juventud,
es el miramiento y el respeto a los ancianos.
José Martí.
[5]

En la historia de la humanidad existen muchos ejemplos de grandes hombres y mujeres que dedicaron su vida a la defensa de los derechos de los oprimidos: Bartolomé de Las Casas, Mahatma Ghandi, la Madre Teresa de Calcuta, Carlos Marx, José Martí, el Che Guevara y muchos más. Pero también hubo y hay innumerables personas, que sin llegar a ser famosas, tienen una conducta similar en su vida cotidiana. Nosotros sabemos que siempre se puede hacer algo cuando, por ejemplo, alguien nos maltrata en un establecimiento público o en un transporte colectivo o cuando se discrimina a cualquier persona solo por el color de su piel, por ser mujer, por ser un anciano o una anciana, o un niño, o por cualquier otro motivo.
Permanecer cómodamente sentado en un ómnibus, mientras viaja de pie un anciano o una mamá con su niño en brazos porque ya están ocupados los asientos destinados a estas personas, es una manera de no ser solidarios con aquellos que merecen un tratamiento diferenciado, no solo porque así lo manden las leyes sino porque es deber moral ayudar a quienquiera que esté en apuros y tengamos cómo tenderles una mano, en especial cuando son diferentes: eso es practicar la equidad.

Además, también podemos denunciar los hechos más graves a las autoridades, plantearlos en las reuniones del Poder Popular o simplemente conversar con quienes discriminan a otros. A veces una conversación amable, sincera, en la cual se intercambien opiniones, hace que las personas aprendan a comprender cuestiones en las cuales no habían reflexionado antes: es posible que no hagan las cosas mejor porque no saben.

Yo soy de los que creen que los prejuicios
no se combaten con leyes, sino con razones
con argumentos, con persuasión…Fidel Castro.
[6]

Es muy importante tener conocimientos profundos acerca de todo esto que hablamos: derechos, igualdad, desigualdades justas e injustas, prejuicios, equidad y, sobre todo, mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta de si existen injusticias que antes no habíamos advertido. Te digo más, es posible que de pronto descubramos que nosotros mismos tenemos estereotipos y prejuicios por falta de conocimientos sobre todo esto, o quizá porque nunca nos pusimos a pensar en estas cosas. Entonces, tendríamos que sacar nuestras propias conclusiones y decidir qué hacer.

Siempre podemos encontrar muchas personas que nos ayuden con sus opiniones; unos estarán de acuerdo con nosotros, otros pensarán de otra manera; pero estas conversaciones siempre ayudan a ser más profundos en el análisis. Conversar con nuestros padres, maestros, amigos, vecinos y familiares en general, o con cualquier persona que respetes mucho, es una buena práctica.

Creo que te habrás dado cuenta cuán importante es hablar de derechos. Fíjate que hasta aquí no hablamos especialmente de los derechos de las niñas y los niños; pero de eso vamos a conversar más adelante en los próximos capítulos. Es importante que niñas, niños y adolescentes sepan que todas las personas, sin excepción, tienen derechos.

Notas:
[1] José Martí. En casa. Patria, 7 de mayo de 1892, en Obras Completas, t. 5, p. 361.
[2] José Martí. Basta. Patria, 19 de marzo de 1892. Obras Completas, t. 1, p. 338.
[3] Martí, J. Mi raza. Patria, 16 de abril de 1893. Obras Completas, t. 2, p. 298.
[4] Denominación popular de un vehículo creado durante el “Período Especial” (crisis económica iniciada en los 90) para el transporte de pasajeros.
[5] José Martí. Estampas mexicanas. Revista Universal, 26 de junio de 1875. Ob. completas, t. 6, p. 248.
[6] Castro, Fidel. Ante la Prensa, 1959

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