martes, 2 de diciembre de 2008

CONMEMORACIÓN: 60 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos


Desde Nicaragua,
Centro Nicaraguence de Derechos Humanos y FIDH


10 de diciembre de 2008
60° Aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos
Hablarlo, está bien. Aplicarlo,
¡es aún mejor!

La defensa de las libertades en todo el mundo, las luchas contra la colonización, contra el racismo y a favor de los derechos civiles, las exigencias para que una justicia internacional juzgue los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad: estos sólo son ejemplos de acciones llevadas a cabo y ganadas por millones de hombres y mujeres desde el final de la segunda guerra mundial. Fue en 1948, de hecho, cuando los países que en esa época formaban parte de la ONU adoptaron la Declaración Universal de Derechos Humanos. “Nunca más”, quisieron así proclamar después de un conflicto que vio cómo se cometía uno de los genocidios más importantes de los que ha conocido la humanidad.

Haciendo esto, declararon que la libertad, la integridad física y moral del ser humano deben ser defendidas por todos y bajo cualquier circunstancia. Todos los seres humanos tienen derecho a ellas y nada puede justificar que se les prive de disfrutar de ninguna.
El próximo 10 de diciembre se celebrará el sexagésimo aniversario de esta Declaración sobre la que se han basado las luchas de las últimas décadas. Naturalmente, será la ocasión perfecta para celebrar los progresos conseguidos y las victorias obtenidas, pero también para pensar en el camino que nos queda por recorrer para que todos los seres humanos sean “libres e iguales en dignidad y derechos”, siguiendo los términos de este texto fundador.

Porque “este aniversario tiene lugar en un momento en que vivimos un período de incertidumbre”, subraya Souhayr Belhassen, presidenta de la FIDH. “Al igual que tras la caída del muro de Berlín, los años 90 vieron cómo los derechos humanos fundamentales ocupaban un sitio en el núcleo de las preocupaciones nacionales e internacionales, ahora es también necesario constatar que a finales de los años 2000, el terror y la miseria esclavizan todavía a una gran parte de la humanidad”.

Los responsables políticos nacionales e internacionales, en su mayoría, exponen, por una parte, su voluntad de seguir los principios suscritos en la Declaración –y debemos alegrarnos por ello- pero, sin embargo, muy pocos la traducen en hechos. “Por ello la FIDH ha decidido adoptar una línea decididamente ofensiva para celebrar este aniversario dándole un nuevo impulso a esta declaración, con el lema: “Hablarlo está bien. Aplicarlo, ¡es aún mejor!”, añadió Souhayr Belhassen.

Mujeres y emigrantes, individuos sin derechos
Por su parte, la FIDH ha decidido celebrar este aniversario centrándose en dos ámbitos fundamentales en los que los derechos humanos se ven aún sistemáticamente ridiculizados: las mujeres y los emigrantes. De hecho, tanto unos como otros se encuentran demasiado a menudo en situación de ilegalidad en muchas partes del planeta. Ahora bien, las mujeres representan la mitad de la humanidad y los inmigrantes más de doscientos millones de hombres y mujeres en todo el mundo. Luchando a favor de estos dos grupos discriminados de la población mundial, la FIDH quiere reafirmar la universalidad de los derechos humanos.

Defensores de los derechos, siempre en peligro
También quiere seguir protegiendo a los defensores de los derechos humanos. Porque prácticamente en todo el mundo, estos defensores están en peligro, son encarcelados y torturados por dictaduras, son asesinados (a veces por los Estados, o por grupos privados) porque luchan todos los días para que se apliquen los principios de la Declaración. Este sexagésimo aniversario es una ocasión de rendirles homenaje y de insistir ante todos los responsables para que sean protegidos, se hallen donde se hallen.

Castigar a los culpables
Garantizar a todo el mundo todos sus derechos y proteger a los que los defienden, arriesgando su vida, implica combatir a los que los violan. Y ya que la Declaración no será realmente respetada hasta que se aplique con efectividad, es indispensable que los autores de las violaciones de los derechos humanos, se trate de individuos, Estados o actores privados, se enfrenten a sus responsabilidades.

Por ello, la FIDH y las 155 organizaciones de defensa de los derechos humanos que son miembros de ella, utilizarán, de ahora en adelante, todos los canales ofrecidos por la justicia internacional para denunciar a los culpables de crímenes contra la humanidad.

“Hablarlo está bien. Aplicarlo, ¡es aún mejor!”: tanto en el norte como en el sur, los Estados y el conjunto de los actores que tienen un rol de responsabilidad en el mundo deben, de ahora en adelante, poner en marcha la Declaración punto por punto. Más que una conmemoración, este 60° aniversario debe ser una ocasión que debemos aprovechar para promover sus principios y exigir su aplicación universal.

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