jueves, 10 de octubre de 2013




 El acoso escolar desde una mirada de Cultura de paz 
por Ángela Tello Rodas, responsable del área de Educación  del Servicio Paz y Justicia del Ecuador.

El 2 de octubre de cada año se celebra el Día Internacional de la No violencia, fecha en que se conmemora el natalicio de Mahatma Gandhi y un día propicio para visibilizar desde los/las jóvenes de varias provincias del país, con el apoyo de organizaciones de sociedad civil y del Estado, una problemática que recientemente ha tomado fuerza: el bullying, término en inglés utilizado para describir al acoso escolar entre pares.

Este fenómeno ha visibilizado las consecuencias del acoso: niños, niñas y jóvenes víctimas del acoso, exclusión y maltrato físico y psicológico por parte de compañeros y compañeras en sus centros educativos. La discriminación que sufren hace que su derecho a la educación se vea vulnerado, lo que se ve reflejado cuando abandonan los planteles, lugares que, dicho sea de paso, deberían ser espacios seguros y acogedores para quienes asisten a ellos día a día.

Lo que lastimosamente no se ha llegado a exponer públicamente, ni ha sido debatido por jóvenes y adultos/as, son las causas de este comportamiento agresivo que forma parte de la violencia estructural en la que todos/as nos desenvolvemos. Dicha violencia se traduce en sociedades donde prima el individualismo por sobre la comunidad, la competencia por sobre la cooperación, el consumo irracional a costa de la preservación de la naturaleza, la discriminación y la exclusión al diferente ante la diversidad.

Todas estas formas de violencia han permeado el sistema escolar generando que en las escuelas y colegios se reproduzcan estos modelos de convivencia. El acoso escolar no puede ser reducido a “problemas psico-sociales de quien ejerce el acoso”, se lo debe ubicarlo dentro del contexto social donde nuestros niños, niñas y jóvenes se desenvuelven: un medio que estimula la violencia.

Para poder contrarrestar la violencia escolar, es necesario abordarla desde sus raíces, es decir, donde germina la problemática. Para esto, el primer paso que debemos dar es mostrar lo que está sucediendo, ya que como dice George Steiner, intelectual francés, “lo que no se nombra, no existe”, y para esto, las campañas y eventos públicos son una herramienta importante que permiten avanzar hacia un segundo momento: la reflexión y acción, es decir ‘Transformar’ y en el tema que nos ocupa, significa ‘Reconstruir el Sistema Educativo’, tanto sus prácticas pedagógicas como la forma de relacionamiento entre las personas que comparten la cotidianidad de la institución.
Es así que se debe promover una educación donde lo fundamental sea la formación del ser humano, pero no encaminada solamente a la eficiencia cognitiva, tecnológica o empresarial, sino dirigida a la humanización; en este sentido los centros educativos son los espacios privilegiados para esta tarea. 

Sin embargo esto no sucede, el objetivo central de las escuelas y colegios se ha reducido a la “transmisión de conocimientos”, ya que deben responder a las “exigencias de la educación moderna”, que para nosotros/as es, responder al sistema  de consumo, excluyente y destructor que arrasa todo lo que encuentra en su camino.

Cómo queremos acabar con el acoso escolar si en las escuelas y colegios hay cada vez menos espacios para desarrollar iniciativas educativas que privilegian el mejoramiento de las relaciones entre los actores y actoras, cuando no “hay que perder el tiempo” en procesos que permitan fortalecer las habilidades sociales y la convivencia entre docentes y estudiantes, y cuando hay que seguir llenando de conocimientos a niños, niñas y jóvenes.
Cómo se pretende terminar con el bullying cuando a los/las estudiantes que están siendo víctimas de éste no se les presta atención y se les pide que no interrumpan la clase para seguir avanzando en la “materia”.

Cómo queremos acabar con este fenómeno si lo dejamos solo en las manos del orientador/a del colegio (si existe uno en el plantel) para que sea quien afronte solo el problema, algo que se debería responsabilizar TODA LA COMUNIDAD EDUCATIVA, y no desde una visión punitiva sino como una oportunidad para generar cambios culturales que permitan la construcción de escuelas, colegios, universidades, ciudades, respetuosas e incluyentes, donde aprendamos a vivir y convivir con todos y todas en paz.

Desde el Servicio Paz y Justicia del Ecuador hacemos un llamado al debate serio y profundo, con la participación de niños, niñas, jóvenes, docentes y todos y todas a quienes nos preocupa el presente y futuro. Propongamos estrategias que respondan al contexto nacional para erradicar la violencia en nuestras vidas y para que no suceda como en ocasiones pasadas donde las buenas intenciones quedan plasmadas en normativas muertas que a nadie le interesa aplicar.

Fraternalmente
SERVICIO PAZ Y JUSTICIA DEL ECUADOR- SERPAJ
Quito, octubre 2013